En orden a la Exposición del Santísimo
SABÍA USTED QUE ...
1. En
2. Para manifestar con claridad la relación con
3. El Rosario en honor de
Por la misma razón expuesta no tiene sentido alguno entonar «Salves» ante el Santísimo expuesto, entre misterio y misterio del Rosario, pues no encaja lo uno con lo otro. Eso sería tanto como colocarnos frente a una imagen de Nuestra Señora y decirle: ¡Bendito y alabado sea Jesús en el Santísimo Sacramento del altar! Y Ella, seguramente, nos dirá: ¡Hijo, estás en el lugar equivocado!
4. Delante del Santísimo Sacramento, sea que esté en el sagrario como reserva, sea que esté expuesto para la adoración pública, se hará sólo genuflexión simple. (
5. En
6. En el Ritual mencionado no aparece por ninguna parte el versículo que tradicionalmente se ha cantado antes de la oración: «Les diste, Señor, el pan del cielo». Por consiguiente está abolido y no hay necesidad de cantarlo ni de rezarlo, como antes de hacía. Según eso, inmediatamente después del canto se entona una de las 10 Oraciones que allí se encuentran.
7.
Lo mejor sería, si se quiere, recitar dichas preces («Bendito sea Dios. Bendito sea su santo nombre», etc.) antes de la oración; enseguida se da la bendición, se retira el viril o píxide y se lleva al lugar de la reserva o sagrario.
8. El Ritual del cual venimos hablando ofrece diez (10) oraciones para emplear antes de dar
1. Señor nuestro Jesucristo,
que en este Sacramento admirable
nos dejaste el Memorial de tu Pasión;
concédenos venerar de tal modo
los sagrados misterios de tu Cuerpo y de tu Sangre,
que experimentemos constantemente en nosotros
el fruto de tu redención.
Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Todos responden:
Amén.
Igualmente se transcriben las otras nueve para conocer su rico contenido y poderlas emplear en su momento y, de este modo, salir siempre de la primera.
2. Dios, Padre omnipotente,
concédenos sacar el efecto
de nuestra perpetua salvación
de esta fuente divina que es Jesucristo,
nacido por nosotros de
glorificado en la cruz de su Pasión,
a quien creemos y proclamamos realmente presente
en este Sacramento.
Por Cristo nuestro Señor.
3. Padre celestial,
concédenos celebrar con alabanzas a Cristo,
nuestro Cordero Pascual,
muerto por nosotros en
y presente en este Sacramento;
para que terminada nuestra peregrinación
en la tierra
merezcamos contemplarlo
cara a cara en la gloria del cielo.
Por Cristo nuestro Señor.
4. Padre celestial,
Tú que nos diste el verdadero Pan bajado del cielo
concédenos que,
fortalecidos por la eficacia
de este Alimento espiritual,
vivamos siempre en ti y para ti
y que al final de nuestra vida
resucitemos para la gloria sin fin.
Por Cristo nuestro Señor.
5. Padre de infinita bondad,
ilumina nuestros corazones con la luz de la fe
y enciende en ellos el fuego del Amor,
para que quienes reconocemos a Cristo,
Dios y Señor nuestro,
realmente presente en este Sacramento,
lo adoremos con fe en espíritu y en verdad.
Por Cristo nuestro Señor.
6. Padre misericordioso,
concédenos que el Sacramento
por el cual te dignaste renovarnos
llene nuestros corazones con la dulzura de tu amor
y nos permita aspirar a poseer
los inefables tesoros de tu Reino.
Por Cristo nuestro Señor.
7. Dios y Señor nuestro,
que por el Misterio Pascual de Cristo
has querido realizar la redención de los hombres;
al venerar este misterio de nuestra salvación,
te pedimos que conserves en nosotros
los dones de tu amor,
y nos concedas participar plenamente
en los frutos de la redención.
Por Cristo nuestro Señor.
8. Padre celestial,
concédenos celebrar con alabanzas
a Cristo, nuestro Cordero Pascual,
muerto por nosotros en
y ahora oculto en este Sacramento
bajo la especie de Pan
para que terminada nuestra peregrinación
en la tierra,
merezcamos contemplarlo a Él mismo
cara a cara en la gloria.
Por Cristo nuestro Señor.
9. Padre misericordioso,
concédenos que el Sacramento de
Memorial de nuestra Redención,
Llene nuestros corazones con la dulzura de tu Amor
Y nos permita aspirar a poseer
los inefables tesoros de tu Reino.
Por Cristo nuestro Señor.
10. Padre celestial,
en tu designio salvífico
has querido realizar la redención de los hombres
por medio del Misterio Pascual de Cristo;
concede misericordioso
a quienes anunciamos
y Resurrección del Señor
bajo estos signos sacramentales,
que experimentemos un aumento constante
de redención.
Por Cristo nuestro Señor.