sábado, 25 de octubre de 2008

La memoria de los difuntos en la piedad popular

La memoria de los difuntos en la piedad popular

256. Al igual que la Liturgia, la piedad popular se muestra muy atenta a la memoria de los difuntos y es solícita en las oraciones de sufragio por ellos.

En la "memoria de los difuntos", la cuestión de la relación entre Liturgia y piedad popular se debe afrontar con mucha prudencia y tacto pastoral, tanto en lo referente a cuestiones doctrinales como en la armonización de las acciones litúrgicas y los ejercicios de piedad.

257. Es necesario, ante todo, que la piedad popular sea educada por los principios de la fe cristiana, como el sentido pascual de la muerte de los que, mediante el Bautismo, se han incorporado al misterio de la muerte y resurrección de Cristo (cfr. Rom 6,3-10); la inmortalidad del alma (cfr. Lc 23,43); la comunión de los santos, por la que "la unión... con los hermanos que durmieron en la paz de Cristo, de ninguna manera se interrumpe; antes bien, según la constante fe de la Iglesia, se fortalece con la comunicación de los bienes espirituales": "nuestra oración por ellos puede no solamente ayudarles, sino también hacer eficaz su intercesión en nuestro favor"; la resurrección de la carne; la manifestación gloriosa de Cristo, "que vendrá a juzgar a los vivos y a los muertos"; la retribución conforme a las obras de cada uno; la vida eterna.

En los usos y tradiciones de algunos pueblos, respecto al "culto de los muertos", aparecen elementos profundamente arraigados en la cultura y en unas determinadas concepciones antropológicas, con frecuencia determinadas por el deseo de prolongar los vínculos familiares, y por así decir, sociales, con los difuntos. Al examinar y valorar estos usos se deberá actuar con cuidado, evitando, cuando no estén en abierta oposición al Evangelio, interpretarlos apresuradamente como restos del paganismo.

258. Por lo que se refiere a los aspectos doctrinales, hay que evitar:

- el peligro de que permanezcan, en la piedad popular para con los difuntos, elementos o aspectos inaceptables del culto pagano a los antepasados;

- la invocación de los muertos para prácticas adivinatorias;

- la atribución a sueños, que tienen por objeto a personas difuntas, supuestos significados o consecuencias, cuyo temor condiciona el actuar de los fieles;

- el riesgo de que se insinúen formas de creencia en la reencarnación;

. el peligro de negar la inmortalidad del alma y de separar el acontecimiento de la muerte de la perspectiva de la resurrección, de tal manera que la religión cristiana apareciera como una religión de muertos;

- la aplicación de categorías espacio temporales a la condición de los difuntos.

259. Está muy difundido en la sociedad moderna, y con frecuencia tiene consecuencias negativas, el error doctrinal y pastoral de "ocultar la muerte y sus signos".

Médicos, enfermeros, parientes, piensan frecuentemente que es un deber ocultar al enfermo, que por el desarrollo de la hospitalización suele morir, casi siempre, fuera de su casa, la inminencia de la muerte.

Se ha repetido que en las grandes ciudades de los vivos no hay sitio para los muertos: en las pequeñas habitaciones de los edificios urbanos, no se puede habilitar un "lugar para una vigilia fúnebre"; en las calles, debido a un tráfico congestionado, no se permiten los lentos cortejos fúnebres que dificultan la circulación; en las áreas urbanas, el cementerio, que antes, al menos en los pueblos, estaba en torno o en las cercanías de la Iglesia – era un verdadero campo santo y signo de la comunión con Cristo de los vivos y los muertos – se sitúa en la periferia, cada vez más lejano de la ciudad, para que con el crecimiento urbano no se vuelva a encontrar dentro de la misma.

La civilización moderna rechaza la "visibilidad de la muerte", por lo que se esfuerza en eliminar sus signos. De aquí viene el recurso, difundido en un cierto número de países, a conservar al difunto, mediante un proceso químico, en su aspecto natural, como si estuviera vivo (tanatopraxis): el muerto no debe aparecer como muerto, sino mantener la apariencia de vida.

El cristiano, para el cual el pensamiento de la muerte debe tener un carácter familiar y sereno, no se puede unir en su fuero interno al fenómeno de la "intolerancia respecto a los muertos", que priva a los difuntos de todo lugar en la vida de las ciudades, ni al rechazo de la "visibilidad de la muerte", cuando esta intolerancia y rechazo están motivados por una huida irresponsable de la realidad o por una visión materialista, carente de esperanza, ajena a la fe en Cristo muerto y resucitado.

También el cristiano se debe oponer con toda firmeza a las numerosas formas de "comercio de la muerte", que aprovechando los sentimientos de los fieles, pretenden simplemente obtener ganancias desmesuradas y vergonzosas.

260. La piedad popular para con los difuntos se expresa de múltiples formas, según los lugares y las tradiciones.

- la novena de los difuntos como preparación y el octavario como prolongación de la Conmemoración del 2 de Noviembre; ambos se deben celebrar respetando las normas litúrgicas;

- la visita al cementerio; en algunas circunstancias se realiza de forma comunitaria, como en la Conmemoración de todos los fieles difuntos, al final de las misiones populares, con ocasión de la toma de posesión de la parroquia por el nuevo párroco; en otras se realiza de forma privada, como cuando los fieles se acercan a la tumba de sus seres queridos para mantenerla limpia y adornada con luces y flores; esta visita debe ser una muestra de la relación que existe entre el difunto y sus allegados, no expresión de una obligación, que se teme descuidar por una especie de temor supersticioso;

- la adhesión a cofradías y otras asociaciones, que tienen como finalidad "enterrar a los muertos" conforme a una visión cristiana del hecho de la muerte, ofrecer sufragios por los difuntos, ser solidarios y ayudar a los familiares del fallecido;

- los sufragios frecuentes, de los que ya se ha hablado, mediante limosnas y otras obras de misericordia, ayunos, aplicación de indulgencias y sobre todo oraciones, como la recitación del salmo De profundis, de la breve fórmula Requiem aeternam, que suele acompañar con frecuencia al Ángelus, el santo Rosario, la bendición de la mesa familiar.

Tomado del DIRECTORIO
SOBRE LA PIEDAD POPULAR Y LA LITURGIA

Toda vida necesita un buen GPS

La piedad de las personas vislumbran algo allá

Iglesias abiertas

Templos, iglesias y ermitas abiertas

 

"Es bueno que la iglesias de nuestra, nuestros templos estén abiertos cuantas más horas del día mejor. Llama mucho la atención, porque paradójicamente en un tiempo eminentemente religioso como es el previo a la Navidad, los centros comerciales están más tiempo abiertos que las mismas iglesias. Algo está fallando. Estamos invirtiendo los órdenes.

 

Es cierto que a veces no se puede pero, sinceramente, dudo si se hace todo lo que se puede. Existe un tipo de servicio, de ministerio, que se llama sacristán y que entre otras cosas se dedica a cuidar de que el templo en las horas que está abierto esté a buen recaudo. Hace unos días recibí un correo precioso que trataba sobre el bien que a una persona le hizo encontrarse con la Iglesia abierta, ponía lo siguiente:

 

“Esta mañana mi madre ha visitado una Iglesia. Me ha contado que ha pasado bastante rato en ella, que le ha parecido fantástico y muy de agradecer encontrarla abierta fuera del horario de Misa, que era una Iglesia alegre, luminosa, con un crucifijo nada ostentoso que le recordaba el verdadero sentido de la cruz. Me ha contado también que pensaba que el párroco de esa Iglesia debía ser un hombre, confiado por naturaleza y preocupado por sus fieles y por darles la oportunidad de rezar o encontrarse con Dios cuando "se lo pide el cuerpo", me ha dicho que el párroco le ha dado a ella la oportunidad de recuperar su fe al dejarle la puerta de la casa de Dios abierta.”

 

Esta carta contiene algo que me parece necesario tener en cuenta: la importancia de dejar la Iglesia abierta. Sé positivamente que hay templos que son una osadía dejarlos abiertos sin vigilancia, por eso, creo que es una tarea de todos el poder permitir que estén abiertas. Por eso le sugiero que si su iglesia está cerradas vea la mejor manera de intentar mantenerlas abiertas cuanto más tiempo mejor. Es tanto el bien que hace un templo abierto, pero como comprenderá el mochuelo no puede caer sólo sobre el párroco. Todos tenemos que poner el hombro y quizá sea tan fácil como ofrecer algo del tiempo que tenemos especialmente si estamos jubilados o con huecos en la agenda del día."

 

Fragmento de un programa de radio emitido en Andalucía “Palabras para la vida”

 

martes, 21 de octubre de 2008

Visitando una iglesia

Visitando una Iglesia

 

Casa habitada:

Las casas deshabitadas son frías; al entrar sueles sentir una desagradable sensación: no descubres "alma" en una casa deshabitada.

Algo así ocurre con los lugares religiosos deshabitados: transmiten un mensaje de vacío, de añoranza...

Una casa habitada se palpa: habrá orden o desorden..., pero algo nos dice que está habitada. Y por el orden o desorden nos damos cuenta de la calidad de sus habitantes.

La visita a una casa habitada nos informa de los gustos de los moradores, de los lugares que más usan, de los estilos decorativos, de las aficiones literarias, musicales, artísticas...Decimos: "Lo tienen con mucho gusto..."

Mostrar una casa es algo así como desvelarnos ante los demás. Los muros, las cosas, los muebles, el orden, todo nos revela.

Elegir lo que ponemos, lo que quitamos, dónde lo ponemos... es una forma de manifestar lo que somos, lo que nos hace felices, lo que nos hace estar bien y cómodos, el ambiente que creamos...

Para entender bien lo que hay en una casa necesitamos, además, la presencia y la palabra de los moradores que nos digan: esta bandeja me la regaló papá cuando todavía éramos novios: tiene 55 años. El transistor se lo compramos a Alberto. El mueble del comedor nos costo 75 Euros. De esta manta no me desprendo, la compré nada más casarnos y me costó 30 Euros.

Las cosas de una casa no son sólo cosas. Tienen alma, vida, historia, están cargadas de recuerdos, de esfuerzos, sacrificios, tienen nombres queridos detrás de ellas...

Quien sólo las ve por fuera, no descubre lo que encierran de historia familiar, de sentimiento, de recuerdo...

Nos tienen que explicar las cosas para darles valor...

 

Esta imagen de la casa es la que nos puede ayudar a comprender lo que es una iglesia habitada o deshabitada...

Siguiendo la imagen de la casa habitada, un desconocido que llega a una iglesia observará a qué dan importancia dentro del templo sus moradores: el recinto bautismal, el rincón del silencio y oración, el altar de la eucaristía, el presbiterio, el espacio para la Palabra, la música ambiental, la iluminación cuidada, los cuadros, las hojas...

 

(tomado de http://www.juanjauregui.es)

jueves, 16 de octubre de 2008

"SI, PERO NO, O AL CONTRARIO"

·  "SI, PERO NO, O AL CONTRARIO"

·  No es lo mismo un amigo que un conocido

·  *No es lo mismo servir a la Iglesia que servirse de la Iglesia

·  *No es lo mismo la creatividad que la ocurrencia

·  *No es lo mismo la devoción que el fanatismo

·  *No es lo mismo la solidaridad que dar unas monedas

·  *No es lo mismo oír misa que celebrar la Eucaristía

·  *No es lo mismo una peregrinación que una excursión

·  *No es lo mismo tener fe que tener creencias

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·  *No es igual la caridad que la limosna

·  *No es igual la amistad que juntarse a comer o beber

·  *No es igual la fraternidad que el compañerismo

·  *No es igual servir que figurar o aparentar

·  *No es igual participar en la liturgia que intervenir

·  *No es igual ver que mirar, oír que escuchar, gustar que sentir

·  *No es igual ser original que improvisar... por no preparar

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·  *La verdadera y sincera amistad se basa en la gratuidad

·  *La verdadera devoción a la Virgen nos lleva necesariamente a Jesús 

·  *La verdadera fe nos lleva a encontrarnos con Cristo en la Palabra, en los Sacramentos y en el Prójimo

·  *La verdadera esperanza se basa en la confianza

·  *El verdadero amor se demuestra con los hechos

 

miércoles, 15 de octubre de 2008

En Semana Santa se puede "cantar por soleares, bailar por sardanas...

Diario de Sevilla - En Semana Santa se puede "cantar por soleares, bailar por sardanas...:

"El cardenal arzobispo de Sevilla, monseñor Carlos Amigo, aseguró hoy en Valladolid que en Semana Santa se puede 'cantar por soleares como en el Sur, bailar por sardanas, o vivir en silencio como en Medina de Rioseco'.

Amigo destacó, en la inauguración del Congreso Latinoamericano sobre Religiosidad Popular que se celebra desde hoy hasta el viernes en la Facultad de Derecho de la Universidad vallisoletana, que, por encima de las distintas maneras que existen en España para vivir la religiosidad popular, se encuentran los valores de la Semana Santa. En este sentido apuntó que las principales características de esta época para los católicos son la Fe, la familia y la fiesta.

El cardenal explicó que a la misma hora, un día de Viernes Santo, puede salir una misma procesión en Sevilla y en Valladolid y, mientras la primera está acompañada por 'piropos, vítores y tres bandas de música', a la segunda la rodea un 'silencio sobrecogedor'. Pero, como apuntó Carlos Amigo, se trata de 'el mismo Evangelio'.

Por ello aseveró que la Semana Santa se puede 'cantar por soleares como en Sevilla, bailar por sardanas"