lunes, 14 de julio de 2008

el agua bendita

El agua bendita

El uso correcto y saludable del agua bendita empieza cuando comenzamos por relacionarla con el agua del bautismo, puerta de toda la religión cristiana y también de la vida eterna. Recibir el bautismo es entrar en comunión de destino con Cristo «porque todos los que habéis sido bautizados en Cristo, de Cristo os habéis revestido» (Gál 3:27), y es por ello hacerse miembro vivo de su Cuerpo, que es la Iglesia «porque en un solo Espíritu hemos sido bautizados todos para formar un solo cuerpo» (1 Cor 12:13).

En la liturgia, el agua es un símbolo exterior de la pureza interior. El agua es esencial para la celebración del bautismo. Significa la limpieza del pecado. "Este sacramento recibe el nombre de Bautismo en razón del carácter del rito central mediante el que se celebra: bautizar (baptizein en griego) significa "sumergir", "introducir dentro del agua"; la "inmersión" en el agua simboliza el acto de sepultar al catecúmeno en la muerte de Cristo de donde sale por la resurrección con El”
En la Santa Misa, unas gotas de agua se mezclan con el vino para indicar la unión de Cristo y los fieles y la sangre y el agua que brotaron del corazón de Cristo en la cruz.

La bendición con agua, usando acetre e hisopo o ramas de plantas, se utiliza como signo que nos recuerda el bautismo. Se utiliza en la misa en ocasiones especiales, como la Vigilia Pascual, bodas y funerales o para sustituir el acto penitencial, especialmente en los domingos pascuales.

El agua bendita se utiliza también muy frecuentemente como sacramental para bendecir personas o cosas.

La costumbre de hacer la señal de la cruz con el agua bendita contenida en una pila al entrar en las iglesias es un recuerdo del bautismo. No tiene sentido hacerlo al salir, sino al entrar.

Algunas cuestiones sobre el agua bendita.

¿Se puede beber el agua bendita?

La Iglesia no tiene ninguna instrucción que lo prohíba, siempre que no se caiga en superstición ni en atribuirle propiedades mágicas que no posee.

¿Se debe retirar el agua bendita de la pila en Adviento y en Cuaresma?

El agua bendita no se debe quitar ni en Adviento ni en Cuaresma. La Congregación para el Culto Divino ha definido: "No está permitido quitar el agua bendita de las fuentes durante la temporada de la Cuaresma". Según la Congregación, los fieles deben servirse frecuentemente de los sacramentos y sacramentales también en el tiempo de Cuaresma. Añadió que la práctica de la Iglesia es vaciar las fuentes de agua bendita para los días del Triduo Pascual (Viernes, Sábado) en los que no se celebra la Santa Misa, en preparación para la Vigilia Pascual.

¿Para qué puede usarse el agua bendita?

Con el agua bendita desde luego no repetimos el bautismo sino que hacemos memoria agradecida de él, mientras invocamos la bendición de Dios sobre nosotros y sobre nuestras cosas. De aquí el uso del agua bendita en las bendiciones de casas u otros objetos. Puede lícitamente utilizársele en aquellas cosas que tienen una referencia directa a Dios y la verdadera religión o en las que realmente transcurre nuestra vida de bautizados.

No procede usarla en los objetos de simple lujo (joyas, juguetes, mascotas…), ni en los lugares ajenos a nuestra voluntad y dedicados o propicios para lo mundano (discotecas, tabernas…), ni debería usarse con referencia a la que potencial y gravemente puede contradecir el amor divino (armas, negocios con ánimo de lucro…).

De todo ello se deduce en que no hay en esto superstición, sino espíritu de fe y de hijos. Caso distinto es en los que se supone que propiedades intrínsecas de esas aguas benditas son las que van a mejorar la «suerte» de sus usuarios. Bien aprovechada, el agua bendita es hermoso memorial y eficaz remedio.

Tomado del Blog la liturgia

jueves, 3 de julio de 2008

Camino de la fe

Camino de la fe

Sin afirmar que este sea el recorrido definitivo hasta llegar a la plenitud en el encuentro con el Señor, sí se puede afirmar que este es el recorrido mas habitual para la mayoría de las personas.

Primero comienzan con un acercamiento a las distintas formas de piedad o ejercicios piadosos y devociones, para luego ir ascendiendo hasta la Eucaristía.

La pena que puede llegar a darse es que muchas personas no lleguen a la meta sino que se queden en los "puentes" y no logren pasar a la "otra orilla".


miércoles, 2 de julio de 2008

Puente y fuente

La Piedad Popular es un verdadero puente hacia el Misterio, incluso puede ser hasta fuente de donde broten gracias de salvación.

No mezclar Sacramentos y actos de piedad

Distinciones y armonía con la Liturgia

13. La diferencia objetiva entre los ejercicios de piedad y las prácticas de devoción respecto de la Liturgia debe hacerse visible en las expresiones cultuales. Esto significa que no pueden mezclarse las fórmulas propias de los ejercicios de piedad con las acciones litúrgicas; los actos de piedad y de devoción encuentran su lugar propio fuera de la celebración de la Eucaristía y de los otros sacramentos.

De una parte, se debe evitar la superposición, ya que el lenguaje, el ritmo, el desarrollo y los acentos teológicos de la piedad popular se diferencian de los correspondientes de las acciones litúrgicas. Igualmente se debe superar, donde se da el caso, la concurrencia o la contraposición con las acciones litúrgicas: se debe salvaguardar la precedencia propia del domingo, de las solemnidades, de los tiempos y días litúrgicos.

Por otra parte, hay que evitar añadir modos propios de la "celebración litúrgica" a los ejercicios de piedad, que deben conservar su estilo, su simplicidad y su lenguaje característico.

Tomado del Directorio de Piedad Popular

Valoraciones de la Piedad Popular

Valoraciones y renovación

12. La libertad frente a los ejercicios de piedad, no debe significar, por lo tanto, escasa consideración ni desprecio de los mismos. La vía a seguir es la de valorar correcta y sabiamente las no escasas riquezas de la piedad popular, las potencialidades que encierra, la fuerza de vida cristiana que puede suscitar.

Siendo el Evangelio la medida y el criterio para valorar toda forma de expresión – antigua y nueva – de la piedad cristiana, a la valoración de los ejercicios de piedad y de las prácticas de devoción debe unirse una tarea de purificación, algunas veces necesaria, para conservar la justa referencia al misterio cristiano. Es válido para la piedad popular cuanto se afirma para la Liturgia cristiana, o sea, que "no puede en absoluto acoger ritos de magia, de superstición, de espiritismo, de venganza o que tengan connotaciones sexuales".

Tomado del Directorio de Piedad Popular